Castillo de Trevejo

Cáceres presume de contar con uno de los mejores oasis para aliviar el calor estival. Hablamos de Sierra de Gata, una comarca poco conocida que oculta pueblecitos impregnados de tradición, paisajes repletos de verdes y abundantes baños de agua dulce. Un desconocido remanso de paz que, durante el verano, protagoniza refrescantes chapuzones entre los sonidos de la naturaleza.

Comenzamos nuestra ruta en el castillo de Trevejo donde los atardeceres son uno de los maravillosos regalos de la zona. En este peculiar pueblo tan solo hay un bar, El Buen Avío (el-buen-avio-de-trevejo.eltenedor.rest/), aunque sus tapas no necesitan competencia. A las puertas de las casas, los vecinos parecen esperar, enorgullecidos por su querido Trevejo, a los escasos visitantes que hasta aquí llegan.
A 10 kilómetros del castillo, bodegas, casas labriegas y un antiguo convento convertido en hospedería dan vida a San Martín de Trevejo, otro pueblo imprescindible en un recorrido por Sierra de Gata. Entre sus empinadas callejuelas corren riachuelos espontáneos que dejan constancia de que aquí la protagonista es el agua.

Desde San Martín de Trevejo iniciamos la ruta por los mejores baños de agua dulce, situados a una distancia de no más de 20 minutos en coche entre uno y otro. Para ello conduciremos por la EX-205, desviándonos hacia los pueblos de nuestras piscinas naturales. Son de uso libre y cuentan con aparcamientos, también gratuitos, a escasos pasos de cada una de ellas. Además, todas tienen restaurantes o chiringuitos donde sirven sabrosas parrilladas de carne a muy buenos precios, y merenderos por si preferimos llevarnos un bocadillo. Algunas también ofrecen, entre sus servicios, hamacas, columpios para niños e incluso espectáculos. Todo lo necesario para disfrutar de los días más calurosos del verano. Desde muchas de las piscinas parten rutas de senderismo y bicicleta que conducen a la naturaleza más abrumadora de la región.

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